Cómo reconectar en un mundo fragmentado
Somos conscientes de que vivimos en la era de la hiperconexión digital: likes, videollamadas, mensajes instantáneos. Y sin embargo, puede que nunca nos hayamos sentido tan solos. Esta paradoja es el punto de partida del libro The Lonely Century de Noreena Hertz. Hertz no trata la soledad como una emoción individual, sino como una crisis social, económica y política que atraviesa nuestras vidas desde el trabajo hasta el vecindario, desde la educación hasta el diseño urbano.
Este libro pone palabras a algo que muchos sienten pero no saben cómo explicar: que el sistema actual, centrado en la productividad, la competencia, la eficiencia y el individualismo, está erosionando las relaciones humanas. Y que esa desconexión nos enferma, nos polariza, y nos vuelve más vulnerables.
Aquí os dejo las 5 ideas clave del libro, cada una con una práctica para empezar a reconstruir conexiones desde lo cotidiano.
5 ideas clave del libro
1. La soledad es una enfermedad del siglo XXI
La OMS ya ha comenzado a considerar la soledad como un riesgo de salud pública. No es solo que nos sintamos solos, resulta que la soledad afecta físicamente al cuerpo. La autora compara sus efectos con fumar 15 cigarrillos al día. Aumenta el riesgo de depresión, enfermedades cardiovasculares, trastornos del sueño e incluso de muerte prematura.
Esta soledad no siempre se nota. A veces estamos rodeados de gente, pero nos sentimos invisibles. La digitalización, el teletrabajo, y la urbanización mal planificada han reducido los espacios donde antes se generaban relaciones espontáneas.
Práctica: Evalúa tu propio nivel de conexión. Puedes usar la Escala UCLA de soledad como punto de partida.
2. Neoliberalismo como causa social
Uno de los puntos más interesantes del libro es que la soledad no es un problema personal, sino el resultado del modelo económico actual. Desde los años 80, el discurso social dominante ha sido el de la meritocracia, la autoexigencia y el rendimiento. La consecuencia es que hemos pasado de ser ciudadanos a consumidores, y de vivir en comunidad a sobrevivir en competencia.
Esto no solo debilita la empatía, también destruye las redes de apoyo. Cuando todo se mide en función del beneficio, cuidar al otro se convierte en un lujo o una ineficiencia.
Práctica: Proponte como un reto empezar a participar en una actividad local o en una escuela del barrio, idealmente en alguna actividad de voluntariado.
3. La soledad alimenta el extremismo
Cuando las personas se sienten invisibles, desarraigadas o ignoradas, buscan pertenencia donde la haya. Y a menudo, los grupos que prometen identidad y propósito son los extremos: movimientos nacionalistas, populistas, teorías de la conspiración. Hertz muestra con ejemplos cómo la soledad es terreno fértil para la radicalización.
Práctica: Esta semana, haz el esfuerzo consciente de escuchar a alguien que piense distinto a ti. No para convencer, sino para comprender. El simple acto de ser escuchado ya es una forma de pertenecer.
4. Un mundo sin contacto humano
Vivimos rodeados de automatismos: cajas de autoservicio, pedidos por app, respuestas de ChatGPT. La urbanización masiva ha convertido muchas ciudades en lugares solitarios donde la gente va corriendo de un lado para otro y no conocen el nombre de sus vecinos. Todo está diseñado para ser más eficiente, pero menos humano. Sin embargo, el ser humano necesita contacto, mirada, voz, y tacto.
Práctica: Rétate hoy a hablar con alguien con quien normalmente no interactúas. Saluda al camarero, pregúntale al taxista cómo va el día, ofrece un vaso de agua al repartidor…
5. Infancia y adolescencia digitalizada
Los niños y adolescentes crecen ahora frente a pantallas, y eso tiene consecuencias profundas. Se reduce el juego espontáneo, disminuye la empatía y las habilidades sociales básicas (mirar a los ojos, leer gestos, resolver conflictos).
No se trata de demonizar la tecnología, sino de revisar los espacios que estamos dejando para la relación real.
Práctica: Propón un día sin pantallas en familia o con amigos.
Así que este verano, espero que os animéis a hacer pequeños gestos conscientes de conexión humana, con menos pantallas y más hablar con desconocidos. Os dejo el link del libro aquí, es muy interesante.