Cómo desintoxicar tu casa
Cada vez hay más casos de cáncer en personas jóvenes, una tendencia que está aumentando en todo el mundo. Entre los grandes sospechosos están los tóxicos cotidianos que nos rodean.
Microplásticos, disruptores endocrinos, compuestos volátiles… sustancias invisibles que entran en nuestro cuerpo sin permiso. Están en el aire que respiramos, en el agua que bebemos, en los envases donde comemos, en la ropa que vestimos y hasta en los productos que usamos para cuidarnos. Por desgracia, no podemos eliminarlos del todo, pero sí reducir nuestra exposición a ellos con algunas acciones simples que están en nuestras manos.
Las 4 acciones más importantes
Aire fresco: El aire interior de casa suele estar más contaminado que el exterior.
Ventila nada más levantarte. Diez minutos bastan para renovar el aire y reducir partículas volátiles acumuladas durante la noche. Si puedes ventilar también por la tarde/noche, mejor.
Deja la cama sin hacer al menos media hora: permite que la humedad se evapore y evita la proliferación de ácaros.
El suelo: Los zapatos traen micropartículas tóxicas del exterior: pesticidas, metales, goma, polvo de frenos… Para reducirlos:
Descálzate al entrar en casa.
Coloca un felpudo (lavable) dentro y fuera de la puerta.
Productos limpios: Los productos de limpieza y de belleza son responsables de gran parte de nuestra exposición a compuestos orgánicos volátiles.
Revisa tus productos con Yuka antes de comprarlos.
Usa productos naturales como vinagre blanco, bicarbonato y jabón neutro para limpiar. No busques “olor a limpio” u otras fragancias, suelen ser tóxicas.
Elige champús y geles en formato sólido, sin fragancias artificiales. Evita los sprays para el pelo en general.
Evita los salones de uñas, o usa mascarilla si vas.
Compra ropa de fibras naturales (algodón, lino, cáñamo) frente a poliéster o acrílicos: al lavar, las fibras sintéticas liberan microplásticos que acaban en el mar, y por lo tanto, en nosotros.
Plásticos en la cocina: ¿Sabías que todos tenemos aproximadamente una cucharadita de plástico dentro del cuerpo? Y, al no ser un material biodegradable, se acumula en nuestras arterias o en el cerebro, provocando inflamación que perjudica nuestra salud.
Sartenes y ollas de acero inoxidable. Las antiadherentes con teflón (PTFE) liberan sustancias al calentarse.
Cambia tu material de cocina: Tupperwares de cristal, botellas de acero, espátulas y cucharones de madera o acero. Di adiós al papel film y al aluminio. Especialmente para productos calientes, nunca los mezcles con plástico.
No guardes la comida en bolsas o tuppers de plástico. Déjala en vidrio o acero.
Si tomas mucho café fuera, evita los típicos vasos de café para llevar: el revestimiento interior es de plástico. Lleva tu propio vaso reutilizable.
En conclusión, no se trata de ser paranoicos, pero sí de estar atentos. Cambiar mi botella de plástico por una de acero, así como algunos instrumentos de cocina, me ha costado menos de 20€, y no sé cuánto de bien puede hacer a mi salud. Empieza por algo simple como ventilar todos los días. Si ya haces todo esto y quieres profundizar, investiga los filtros de agua y de aire para casa, que cuestan unos 100-300€ pero, probablemente, sean una de las mejores inversiones que puedes hacer.
Para seguir aprendiendo, lee Super Agers, de Eric Topol, o escucha su podcast con Mel Robbins.